Cambiamos el móvil más o menos cada año, es decir, dos días después de la presentación oficial del nuevo modelo. Estamos rodeados por cachivaches que aterrizaron en nuestras casas como el mejor regalo del mundo y que ahora lloran de soledad olvidados en algún armario. Devoramos y desechamos tecnología con la misma rapidez con la que comemos patatas fritas y mega-hamburguesas en un fast-food. Deep Fried Gadgets es un proyecto del fotógrafo neozelandés afincado en Nueva York Henry Hargreaves que explora y pone en evidencia la similitud entre la comida rápida y la obsolescencia programada de cualquier objeto tecnológico, esa fecha de caducidad – técnica o estética – que hace que sea más fácil desecharse de él que repararlo. “Encontré un vídeo de unos niños japoneses intentando freír una PSP y comérsela” cuenta Henry Hargreaves “el experimento no salió bien y la liaron parda, pero me encantó la idea y pensé que podría aplicarse a la fotografía de una manera maravillosa”. Lo que hace Hargreaves es recrear los cachivaches que tiene en casa con gomaespuma. Freír los auténticos, explica, “hubiese sido demasiado costoso y sobre todo peligroso: baterías de litio en aceite hirviendo a 200 grados ¡no hay quien sea lo bastante valiente!”.
Alessia Cisternino | Deep Fried Gadgets en lainformacion.com
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Cuanta razón tiene esta mujer...
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